miércoles, 17 de septiembre de 2008

Son pocos muy pocos,
esos momentos en los que por unos segundos,
te sientes absoluta y completamente plena.
Esos en los que sientes que nada podria ser más perfecto.


Aquellos que resultan tan fragiles y delicados que cualquier cosa,
hasta un simple pestañeo podria estropearlo.

Pero no te importa, por que estas tan sumamente feliz
que el resto del mundo no tiene sentido, por que de echo eso es para ti el mundo.

Y no existe nada más.

Es como una nebulosa espesa que te impide ver más allá de
lo que quieres ver,
pero eres feliz, y ya esta.


Y si,
quizás estos momentos se podrian contar con los dedos de una mano,
y de echo en mi caso,
hasta sobrarian.


Pero no canviaria ninguno de esos minutos de plenitud,
por nada en este mundo.






Ni siquiera por un vestido de Hannibal Laguna
(aún que eso puede que me diera la felicidad eterna jaja)






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